La compañía escandinava ha facturado más (cinco puntos más), pero su beneficio neto ha caído hasta los 167 millones de euros (-78,2%). Crece el negocio de soluciones energéticas, hasta los 13.103 millones de euros; y crece (mucho) el área de Servicios, que ha ingresado 2.484 millones de euros, un 20,8% más. Así las cosas, Vestas ha reducido el dividendo a distribuir entre sus accionistas a 0,37 coronas danesas por título, frente a las 1,69 coronas abonadas el ejercicio anterior, aunque ha mantenido la ratio de pay-out en el 30% del beneficio. De cara a 2022, la compañía espera que sus ingresos oscilen entre los 15.000 y los 16.500 millones de euros, incluidos los ingresos por servicios, mientras que confía en alcanzar un margen de EBIT antes de atípicos de entre el 0% y el 4%, con inversiones totales de unos 1.000 millones de euros en 2022.
"Junto con el aumento de los precios de la energía, las interrupciones en la cadena de suministro y la inflación acelerada de los costos de las materias primas, el transporte y los componentes de las turbinas continuaron aumentando los costos a lo largo del año, lo que afectó severamente la rentabilidad", indicó Henrik Andersen, presidente y consejero delegado de Vestas. "Dado que se espera que las interrupciones en la cadena de suministro continúen durante todo el año, 2022 será un desafío para la industria", añadió.